En agosto, Daniela Ariza, una fotógrafa sogamoseña de 22 años, viajó hasta este recóndito lugar del Magdalena para ver cómo vivían las mujeres en un poblado donde no hay acueducto, alcantarillado, ni tierra firme.
Por: Daniel Fandiño / @sinsecuencia
Haber sido criada por su madre soltera y por su abuela, le ha dado a Daniela Ariza una idea del género femenino que gira en torno al empoderamiento, la capacidad y la fortaleza. Y esa perspectiva, de a poco, la ha ido llevando a su fotografía, una disciplina a la que esta sogamoseña de 22 años llegó después de medirse en la pintura y el dibujo. Crecer rodeada de una cotidianeidad femenina ha inspirado a esta joven a hablar a través de imágenes de temas que tienen que ver directamente con las mujeres.
Con eso en mente, sumado al bagaje académico que le ha dejado el paso por la facultad de Artes Visuales de la Universidad Javeriana y cursos en el Pratt Institute, en Nueva York, y en la Escuela de Diseño Altos de Chavón en La Romana, República Dominicana, fue que Daniela viajó en agosto de este año a Nueva Venecia. En este lugar escondido entre la biodiversidad que rodea el espejo de agua de la Ciénaga Grande de Santa Marta y que históricamente ha sido abandonado por el Estado y azotado por la pobreza, la joven fotógrafa participó junto a otros fotógrafos en ‘Nueva Venecia Documental: en la profundidad de la ciénaga’, un taller dictado por Workshops Documental.
“El objetivo de Ellas son Nueva Venecia [como se llamó el proyecto de Daniela] era indagar y ver cómo se vive la feminidad en este emplazamiento que es tan complejo, porque el solo hecho de vivir sobre el agua ya te cambia todas las dinámicas de vida y tu forma de funcionar en general. Antes de ir tocaba investigar y saber qué proyecto íbamos a hacer, y empecé a investigar y me di cuenta que toda la información era sobre pescadores y sobre los trabajos que hacían los hombres para llevar el agua a las comunidades. También había mucha información sobre la masacre [que perpetraron paramilitares en el 2000] pero en ningún artículo o video que encontré se hablaba de las mujeres, de lo que hacían o cuál era su rol en la comunidad. No decía absolutamente nada, entonces lo identifiqué y me generó muchos cuestionamientos”.
Para darle forma al proyecto, Daniela se alojó en una casa ocupada por seis mujeres, todas nativas de esta población palafítica. La convivencia facilitó el proceso de conocerlas y ganarse la confianza, para luego disparar los retratos e imágenes que cuentan la historia de estas mujeres. “ Todas tenemos la menstruación, somos vanidosas, nos depilamos, nos hacemos cosas en el pelo, nos embarazamos. En fin, son infinidad de cosas que yo como mujer vivo y que me intrigaba saber cómo las vivían las mujeres en un sitio donde no hay acueducto, no hay alcantarillado, ni tierra firme”.
Tras la experiencia en Nueva Venecia, Daniela quiere trabajar con las mujeres de la comunidad Tikuna, en San Pedro de los Lagos, Amazonas, para indagar sobre la feminidad en el contexto indígena.
Si le tramó el trabajo de Daniela, péguese una pasada por su Instagram y por su portafolio, en los cuales comparte series como Expuestas, que cuestiona el uso de imágenes de mujeres en vestidos de baño en en Los Éxitos del Año, Súper Bailables o en Los 14 Cañonazos, y otros proyectos fotográficos.
Artículo tomado de: http://cartelurbano.com/creadorescriollos/ellas-son-nueva-venecia-imagenes-de-la-rutina-femenina-en-una-poblacion-que-flota
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