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La copa existe desde 1876

Más antigua de lo que imaginan… Parece ser novedosa porque hasta el momento está siendo adoptada en algunos países de Latinoamérica pero la realidad es que en Europa la usan desde hace muchos años y en Estados Unidos desde principios del Siglo XX, época en que fue inventada.




El Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer, en Maryland (EE.UU.), asegura que en 1876 ya existían copas menstruales, pero fue en 1937, cuando la inventora estadounidense Leona W. Chalmers patentó la copa menstrual (en aquel entonces fabricadas con caucho vulcanizado) que se comenzó a difundir su comercialización. Para esta misma época, el doctor Earle Hass consolidó la empresa que hoy se conoce como “Tampax”.


Las copas de caucho no tuvieron mucha acogida por su material, que además era escaso debido a la demanda generada por la Segunda Guerra Mundial. Con la evolución del producto, éste cambió de nombre y se hizo en materiales desechables. Hasta 1963 se siguieron fabricando distintos estilos de copas, pero luego cesó la producción dada su baja rentabilidad ya que el mercado el látex era escaso y para las mujeres las copas eran muy grandes, pesadas y rígidas.


Veinticuatro años más tarde, en 1987, apareció en el mercado la copa menstrual de látex y su éxito aceleró el proceso que nos llevaría a la fabricación de la primera copa menstrual de silicona, lanzada en el año 2000. Desde ese entonces, las mujeres han venido disfrutando de los beneficios y la comodidad de la copa menstrual y la mayoría de quienes la hemos probado, no hemos vuelto a comprar un tampón o toalla higiénica, ni a sufrir por estar en nuestros días.

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