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Pamela Orozco

Vivir la «buena» vida

Artículo escrito por Pamela Orozco publicado originalmente en Discovering Therapy

“Lo que seré en el momento siguiente, y aquello que haré, surge del propio momento y no se puede predecir”. Carl Rogers.

No es en vano que la mayoría de los filósofos se hayan preguntado por el sentido de la vida. Para Heráclito, la pregunta por el sentido era todo un proceso de iluminación e incluso lo denominó: “el devenir de la vida” ese conocernos en el constante cambio y por ende, hallar un sentido. En realidad, se refería a algo tan simple como esto: “Aquello que yo conozco y creo que soy, es aquello que yo fui; porque aquello que yo estoy siendo no alcanzo a comprenderlo todavía”. Estar en constante movimiento y no ser alguien estable, genera angustia porque no hay certeza segura de nada; pero si te permite asumir la vida auténticamente y por ende facilitarte el descubrimiento del sentido de la vida misma.


Partiendo de que somos seres dinámicos, en constante movimiento, donde nada es estático y nada deja de fluir, Carl Rogers identificó que era entonces absurdo entender el bienestar como un estado fijo y definido. El ser humano tiende a caer en el error de pensar que hay una “meta” específica en la vida, o un “propósito” único. Resulta que ahí esta la desdicha y la infelicidad, las decepciones y las frustraciones. Cuando se comienza a vivir únicamente con lo que hay en el hoy, empiezas a ser consciente de las cosas valiosas de la vida, empiezas a vivir la buena vida; es lo que Viktor Frankl denominó: “Sentido EN la vida” acudiendo a ese sentido que nos produce el ahora, lo situacional, los momentos específicos; aquello que nos hace suspirar y decir: “Por esto vivo”.


La buena vida es un proceso. La construcción del futuro es un proceso, no una meta definida. La felicidad está en el camino, no en la llegada. Entender esto quizás es complejo, porque desde pequeños tenemos ideales, que irónicamente no son creados por nosotros sino impuestos. Ideales de lo que debería ser nuestra vida y en general, un ideal erróneo ha sido creer en la frase: “cuando tenga eso, seré feliz”, “cuando cumpla eso, seré feliz”, “cuando esté con aquel, seré feliz” Y ¿Si no llega nada de eso? Llegará la angustia de haber fallado en no tener un sentido de vida.


Para Soren Kierkegaard, la angustia era la experiencia de la libertad, porque es estar expuesto a tomar decisiones, decisiones que dan sentido. Por lo tanto, es incoherente preocuparse por un futuro cuando no sabrás en ese momento exacto que decisiones tomarás. No hay un sentido específico, cada quién construye ese sentido a través de su proceso, y cada quién descubre que es la felicidad en el camino. Usualmente negamos la fluidez de la vida y exigimos creer o controlar como serán las cosas; pero eso es tener una visión rígida; y ser rígido en la vida, suele conducirnos a infelicidad.

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¿Cómo podemos empezar a vivir una “buena vida”?


Lánzate por completo y con valentía al flujo de la vida

Ser valientes y aceptar que la vida es constante cambio, te ayudará a fluir. Se es feliz cuando aprendes a fluir y adaptarte a lo que la vida depara. No esperes que las cosas sean rígidas como tu mente, ahí no se halla el sentido. Más se pierde por indecisión que por decisiones incorrectas.


Vive en el momento presente

Los problemas requieren de tiempo y por eso en el pasado y en el futuro se encuentran la mayoría de nuestros problemas; pero en el hoy, en el único momento que está existiendo que es el ahora, no hay tales problemas. Así que encuéntrale sentido al hoy, a lo que estás viviendo, a vivir la vida que tienes enfrente. Cuando vives consciente, agradecido y pleno en el hoy, estás completo: es lo que tienes.


No a los ideales impuestos

No juzgues tu trayecto, tu estas construyéndolo a tu ritmo y a tu manera. Aprender a seguir confiando en ti mismo, en que tu “yo del futuro” tomará las decisiones que deba con la información que tenga en ese momento. No podrás saberlo ya, solamente confía que tu proceso te llevará a ello.


Olvídate del “deber ser”

Rompe el esquema de “cómo debería ser tu vida” a tu edad; nadie puede dictaminar eso. Si tu único propósito en la vida es dedicarte a lo que te hace realmente pleno, hazlo. La vida no es llegar al último nivel con todo completado como en un juego virtual; la vida es disfrutarte en todos los niveles hasta llegar.

Todos queremos vivir una buena vida. Todos anhelamos la felicidad y llegar pronto a ello; pero eso requiere de un proceso. Requiere vivir y aprender, equivocarse y volver a encontrarse. Nadie puede juzgar tu proceso, nadie puede exigirte a cómo vivirlo.


Tu yo del presente está construyéndolo, a través de un laberinto con múltiples rutas y lleno de posibilidades, donde todo aportará y todo sumará. Para poder vivir una “buena” vida, debes aprender a quitarte estigmas de la cabeza de cómo debe ser la vida. Felicidad es un concepto que tu construyes a tu manera; simplemente ábrete a lo que la vida depare y experiméntalo plenamente. Lo que serás y harás en el momento siguiente surgirá en ese momento y hoy no lo puedes controlar ni predecir.


Y si el propósito de hoy es tan solo leer este blog para saber que no hay sentido específico, ya lo cumpliste a la perfección.


Tomado de Discovering Therapy con autorización del la autora, Pamela Orozco.




Psicóloga y apasionada por el desarrollo interior, Pame nos invita a conectar con nuestro ser desde otra dimensión. Mediante la escritura consolida sus procesos reflexivos y hoy nos invita a fluir disfrutando el presente. 💫




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